sábado, 17 de marzo de 2018

Mercería La Rosa

MERCERIA LA ROSA
                    
                             

                           Esta tienda se parece en la estructura a Librería Litterae pues tiene los mismos elementos, aunque la decoración y pintura sea diferente.
                              Se me ocurrió hacerla un poco como las antiguas mercerías de verdad, de las que apenas quedan, aunque aquí hago un homenaje a Mercería Paqui, de El Campello, Alicante, que frecuento  habitualmente y esta llena de cosas estupendas y tesoros.  Ademas Paqui, joven todavía, es una mercera a la antigua: con dos explicaciones de lo que quieres, te empieza a sacar cosas para elegir, dándote ideas. 
                        Estas mercerías suelen estar abarrotadas de género heterogéneo.  Y me dispuse a llenarla!! Disfruté muchísimo haciéndola, algunas cosas fueron más difíciles que otras. Los cojines de punto de cruz en un estambre tan pequeño necesitaron mucha vista y mucha luz; los artículos de punto ganchillos muy pequeños; los corsés son vistosos y lo único que necesitan es un patrón porque el resto es un pedacito de tela y un remate de mercería; en fin, todos los muchos artículos tienen una explicación y un detalle que sería largo e explicar.  
                             Pertenezco a una generación antigua en la que las mujeres teníamos casi obligación de aprender a coser, bordar, hacer punto y todas esas tareas. Tengo 75 años y en mi juventud la confección de tienda era para pocos que se lo podían permitir. En mi casa éramos tres hermanas y con mi madre, nos sentábamos alrededor de la mesa, escuchando la radio porque afortunadamente no teníamos televisión, y mi madre nos iba enseñando a hacer patrones, sobrehilar, rematar, coser, hacer ojales y un sinfín de cosas mas. Nos tejíamos los jersey, nos hacíamos los vestidos y así fue durante toda mi adolescencia. También tejíamos y cosíamos camisas para los hombres de la casa.
                         Yo era la pequeña y protestaba mucho pero después, en la vida, me han sido utilísimos todos los conocimientos que aprendí en aquella mesa familiar, tanto en épocas difíciles para vestirme de forma económica como también, ya en tiempos más holgados, para hacerme un determinado vestido de fiesta  para recepciones a las que asistía, cuando no encontraba en las tiendas un modelo que me gustara.
                       La práctica la sigo teniendo y siempre tengo costuras en danza. Ropa de casa a punto de cruz, delantales originales y un largo etc. y desde luego ropa para mi hija cuando era pequeña y sus numerosos muñecos, perdón hijos.
                 Naturalmente esas habilidades las he usado con profusión en mis proyectos de miniatura.
                     Ninguno de los materiales empleados en esta tienda ha sido comprado, porque tengo cajas de restos, algunos tienen mas de 30 años, de telas, mercería, puntillas, lanas, etc. en las que rebusco cuando necesito algo. Y las miniaturas necesitan muy poco material.